La disciplina marca la diferencia entre alguien común y alguien extraordinario. Es la capacidad de superar los limites y alcanzar metas más allá de lo ordinario, sin embargo, cultivar la disciplina, es un desafío que requiere práctica y engañar a nuestra propia mente. Como seres humanos, tenemos un instinto primitivo que nos impulsa a buscar la dopamina, una sustancia generada en nuestro cerebro que nos brinda placer, este mecanismo tiene su lógica, ya que nuestro cerebro nos recompensa con sensaciones placenteras cuando realizamos acciones beneficiosas para nosotros, como comer cuando tenemos hambre, o beber cuando tenemos sed, también nos impulsa a reproducirnos para asegurar la supervivencia de nuestra especie. Sin embargo, la dopamina tiene un inconveniente, es adictiva.

No somos máquinas perfectas y tenemos nuestros fallos, como el envejecimiento y la muerte. En el caso de la dopamina, es la responsable de adicciones como las redes sociales, los video juegos y las drogas. Se han descubierto métodos para lograr que nuestro cerebro produzca dopamina de forma rápida y sin esfuerzo. Buscando la satisfacción instantánea.

El mundo actual, está saturado de estímulos que despiertan nuestra necesidad de gratificación inmediata, y esto plantea un problema. La mayoría de las cosas que nos brindan satisfacción instantánea, no nos aportan nada más que placer momentáneo. Nuestro cerebro ya no genera dopamina, al realizar acciones que nos beneficien como individuos, sino que lo hace con el único propósito de obtener placer. Una vez que esa necesidad se satisface, perdemos los incentivos para realizar acciones que realmente nos beneficien, especialmente si requieren esfuerzo. Éste es el mayor desafío de la sociedad actual.

Las personas hemos olvidado la sensación de satisfacción que proviene de lograr algo con esfuerzo. ¿Por que debería esforzarme si puedo sentirme bien sin hacerlo? Seguramente a lo largo de tu vida has experimentado la frustración de querer hacer algo, como hacer ejercicio o emprender un nuevo proyecto. Al principio, cuando estás motivado, todo va bien. Pero en cuanto desaparece la motivación, te resulta imposible continuar, eso es falta de disciplina. Imagina que tienes el deseo de tener un cuerpo en forma y decides inscribirte en un gimnasio e ir todos los días.

Durante la primera semana no fallas ni un día porque te sientes motivado, sin embargo, la segunda semana, un día te sientes cansado y piensas: iré mañana, hoy descansaré. Y al día siguiente ocurre lo mismo, y al siguiente también. ¿Como podemos resolver este problema, en una sociedad que premia la satisfacción instantánea?  ¿cómo puedo desarrollar disciplina para alcanzar mis objetivos, Incluso en los días en que carezco de motivación?

El ejemplo de Miyamoto Musashasi, es una fuente de gran aprendizaje, incluso si no fue un filósofo estoico, podemos extraer valiosas lecciones de su vida y filosofía, y aplicarlas en nuestras propias vidas, para volvernos más disciplinados y lograr nuestras metas. Miyamoto Musashi fue un Samurái nacido en Japón en 1584, quien desde muy joven deseó convertirse en el mejor espadachín de todo el país.

Para lograrlo se dedicó a un riguroso entrenamiento, y viajó por todo Japón enfrentándose a los mejores duelistas de su época. Se dice que participó en más de 60 duelos, y nunca fue derrotado. En muchos casos incluso, se enfrentó a múltiples enemigos a la vez, lo que le llevó a dominar el arte de usar una espada en cada mano, además de ser un hábil guerrero, Musashi también era un filósofo y escribió varios libros, entre los cuales destaca:

El libro de los cinco anillos, donde plasmó su filosofía y su camino, basado en la disciplina para convertirse en el mejor guerrero de Japón. Su filosofía de vida se puede resumir en cuatro puntos principales; en primer lugar, abogaba por rechazar los deseos impulsivos. El evitaba hacer cosas solo porque le generaban placer, ya que creía que esto debilitaría su disciplina. Al rechazar los deseos y la satisfacción instantánea, entrenaba a su cerebro para generar dopamina, únicamente a través de logro obtenido con esfuerzo, por ejemplo, sentirse satisfecho al vencer a un rival en un duelo, o al completar un arduo entrenamiento con la espada.

Engañaba a su cerebro diciéndole que el verdadero bienestar, sólo podía ser alcanzado a través del esfuerzo. Él comprendía que la grandeza tenía un precio y estaba dispuesto a pagarlo, sin importar cuan arduo fuera. Estaba consciente de que el camino hacia el dominio requería sacrificio y dedicación, además enfatizaba la importancia de la auto disciplina, se imponía a sí mismo, una estricta disciplina en su entrenamiento y en su forma de vida, lo cuál le permitía tener el enfoque y la constancia necesarios para alcanzar sus objetivos.

Por último, valoraba la simplicidad y la eficiencia en todas las cosas. Buscaba la claridad mental y la eliminación necesaria para mejorar su rendimiento. Creía en la importancia de dominar las habilidades básicas antes de buscar técnicas más complicadas. ¿Crees que Miyamoto, habría logrado convertirse en el mejor espadachín y se hubiera despertado tarde, o si se hubiera saltado entrenamientos cuando no le apetecía? Solía decir, que el tiempo estaba bien empleado, cuando se hace algo con un propósito valioso, y no hay nada que se le acerque en términos de satisfacción.

Otro punto importante en la filosofía, era enfocarse en una cosa a la vez, él creía que, al centrarse y dominar un sólo arte, se abrían mil caminos diferentes, por eso decidió enfocarse en dominar el arte de la espada sin descanso, y constantemente buscaba limites. Su habilidad le abrió muchas oportunidades a lo largo de su vida, en lugar de probar diferentes cosas según su apetito momentáneo, abogaba por enfocarse en una habilidad antes de pasar a la siguiente.

Muchas veces la motivación por hacer demasiadas cosas a la vez, puede terminar en que no completemos ninguna de ellas. Es más fácil ser disciplinado con una tarea, y una vez que se convierte en parte de nuestra rutina diaria, podemos pasar a la siguiente. De esta manera construimos un hábito, y ya no dependemos de la motivación para hacer lo que tenemos que hacer. Nunca abandonar tu camino es otro principio importante para la disciplina, una de las principales causas para dominar la disciplina, es la falta de paciencia. Cuando iniciamos algo nuevo, buscamos resultados rápidos, porque estamos acostumbrados a la satisfacción instantánea que ofrece la sociedad actual. Él se repetía constantemente: nunca abandones el camino.

Al igual que cualquier otro ser humano, experimentaría momentos de duda en su búsqueda de un objetivo. Si tenemos un objetivo claro, debemos enfocarnos y tener paciencia. La clave está en estar seguros de lo que estamos haciendo, y reflexionar si estamos realmente comprometidos con nuestro objetivo y si estamos dispuestos a sacrificar lo que sea necesario para lograrlo, con una idea clara sumando paciencia y enfoque en lo que debemos hacer, tarde o temprano, lograremos lo que nos propongamos.

Esa es la fórmula de la disciplina según Mushasi. Vivir con honor. El honor se basa es el respeto hacia uno mismo, si te respetas a ti mismo, te comportas con honestidad, respeto, coraje, integridad, compasión y lealtad, actuar con honor implica no hacer trampas y no buscar atajos en la vida, ni elegir el camino fácil. Si te respetas a ti mismo, no te comportas como alguien que busca la satisfacción instantánea y no es capaz de esforzarse. Si te respetas, sabes de lo que eres capaz, y no te rindes en el trabajo diario por alcanzar un objetivo. Al comportarte de manera honorable te vuelves disciplinado. La disciplina se basa en el respeto hacia uno mismo y en el compromiso de trabajar arduamente y día a día para alcanzar tus metas, sin tomar el camino más fácil ni buscar gratificaciones instantáneas.

Vivir con honor implica mantener una actitud disciplinada y comprometida con tus principios y objetivos. Es crucial tener en cuenta que no somos perfectos, y es natural cometer errores en nuestro camino hacia la disciplina. Es importante ser realistas y mentalizarnos, de que las cosas no siempre saldrán como esperamos de manera rápida, y cometeremos errores en el proceso.

Cuando nos desviemos del camino de la disciplina, es importante retomarlo sin importar cuantas veces nos hayamos desviado. Lo fundamental es volver rápidamente y con determinación. Con el tiempo, cada vez nos desviaremos menos y nos mantendremos más firmes en nuestro propósito.

Entrena tu disciplina, sé constante y esfuérzate en ello. Si vives sin trabajar en tu disciplina, intenta hacer al menos, una vez al día algo que sea desafiante o incomodo para ti. Este esfuerzo consciente te ayudará a fortalecer tu disciplina y a desarrollar la capacidad de superar obstáculos con mayor facilidad.

Recuerda que el camino hacia la disciplina no es lineal, pero con perseverancia y práctica constante, podrás alcanzar tus metas y convertirte en una persona más disciplinada.